martes, 25 de junio de 2013

¿Por qué decimos qué ...?

IR DE PUNTA EN BLANCO



En los ejercicios para el combate, los caballeros medievales empleaban armas de hierro ordinario, que carecían de filo, y llevaban en la punta un botón, como los floretes con los que se aprende esgrima. Recibían el nombre de armas negras, en oposición a las que se usaban en los torneos, que eran de acero reluciente y tenían el extremo afilado, o como se decía entonces, la punta en blanco. 

En estos combates, los contendientes se presentaban al maestro de armas acompañados de sus escuderos, quienes portaban  los yelmos con sus penachos y los respectivos escudos. La gran pompa de esta ceremonia con música y fanfarrias y el espectáculo de las armaduras relucientes y los estandartes al viento quedaron asociados a la frase "estar de punta en blanco", que tomó el sentido de mostrarse con las mejores galas. 

De punta en blanco tenemos las buenas noticias del día. 



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