martes, 30 de julio de 2013

¿Por qué decimos qué?

MÁS FEO QUE PICIO



Se cuenta que Picio era un zapatero natural de AlhendínGranada, y que no era feo de nacimiento. Parece que injustamente fue condenado a muerte y estando ya en la capilla recibiendo los últimos sacramentos recibió la noticia de su indulto. Fue tal la sorpresa que le produjo la noticia que se le cayó el pelo de la cabeza, de las pestañas y cejas, y se le llenó la cara de granos. Desde ese momento el pobre Picio vivió en la desdicha. Huyó a Lanjarón, también en Granada, y de allí también fue expulsado al no querer quitarse el pañuelo que le cubría la cabeza cuando entraba en la iglesia. Se cuenta, además, que una vez muerto, el cura le dió la unción con una caña porque no quería acercarse a él.

Agradecemos a Raúl el envío de esta curiosa expresión.

Sin duda, la expresión del día. 

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