¡VIVA CARTAGENA!
Fue a finales del siglo XIX, cuando se representaba en el antiguo Teatro Circo de Cartagena, la ópera Marina, de Arrieta, y al tenor se le escapó un pequeño “gallo”. Al advertir la reacción del público que empezaba a abuchearle, el cantante, rápido de reflejos, gritó “¡Viva Cartagena!”.
Ante ello, la concurrencia, se olvidó del error y le dedicó una sonora ovación.
Desde entonces un “¡Viva Cartagena!”, viene a definir un recurso fácil o hábil, bien para salir de una situación comprometida o para conseguir una adhesión.
Sin duda, la expresión del día.
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