martes, 17 de diciembre de 2013

¿Por qué decimos qué?

"LADRAN SANCHO, LUEGO CABALGAMOS"


Una frase frecuentemente atribuida a Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, y que no aparece en ninguna parte del libro. El origen, según Arturo Ortega Morán, es el poema Ladrador, escrito por Goethe en 1808: «Pero sus estridentes ladridos / sólo son señal de que cabalgamos». La adición del nombre Sancho se produjo, por error, en algún momento de la primera mitad del siglo XX. 

Si llegan críticas interesadas (símil de los ladridos) sobre algo que estamos haciendo (símil de nuestro avance cabalgando), sin duda confirman que estamos en el buen camino, por lo que tenemos la seguridad que avanzamos con convicción en la consecución de nuestra meta, aunque no les gusta a algunos. 

Sin duda, la expresión del día. 

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